Esto de huir de ti y recorrer sola lo que resta del camino, va sirviendo con los días, poco a poco tu espacio en la cama es menor y mis desayunos son más gratos, que te desaparezcas ya no importa tanto, cuando hay alguien que se encarga de las entregas, de comerse los pasteles, de las llamadas, del cariño y de la estabilidad, ahora cambió, ya no suena nada a ti, ya no hay frío ni tampoco cielo, ahora tengo risas, olores nuevos, piel que se vuelve de gallina, paz y sobretodo a mi misma. Voy aprendiendo a caminar, consolar y también a amar, pues poco a poco el espacio en la mesa se llena y la que era tu puerta en mi vida se cierra, solo entusiasmo, ganas, diabluras y esperanzas quedan; buscando lo que ya encontraron pero no saborearon.
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